El óxido de nitrógeno (NOx) es un grupo de compuestos químicos que contienen nitrógeno y oxígeno. Se producen naturalmente en el medio ambiente, pero también son liberados en grandes cantidades a través de actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles en motores de combustión interna y la producción de energía eléctrica.
Existen dos tipos principales de óxido de nitrógeno: el óxido de nitrógeno (NO) y el dióxido de nitrógeno (NO2). El NO es un gas incoloro y se encuentra en pequeñas cantidades en el aire. El NO2, por otro lado, es un gas de color marrón y es el tipo de óxido de nitrógeno más comúnmente encontrado en la atmósfera. Es importante mencionar que el NO2 es considerado un contaminante del aire.
El óxido de nitrógeno se produce a través de reacciones químicas en el aire, principalmente a través de la combustión de combustibles fósiles en motores de combustión interna y la producción de energía eléctrica. El transporte, incluidos los automóviles, camiones y barcos, es una de las principales fuentes humanas de óxido de nitrógeno.
El óxido de nitrógeno tiene efectos negativos en la salud humana y el medio ambiente. El NO2 es un irritante respiratorio y puede causar inflamación de las vías respiratorias, lo que puede empeorar problemas respiratorios existentes, como el asma. Además, el óxido de nitrógeno puede contribuir al smog y a la formación de partículas finas en el aire, lo que puede tener efectos negativos en la salud cardiovascular.
En el medio ambiente, el óxido de nitrógeno puede contribuir a la acidificación de los cuerpos de agua y a la eutrofización, lo que puede tener efectos negativos en la biodiversidad. Además, el óxido de nitrógeno puede reaccionar con otros compuestos en la atmósfera para formar ozono, lo que puede tener efectos negativos en las plantas y los cultivos.