La consola de videojuegos Magnavox Odyssey, lanzada en 1972, fue el primer dispositivo de juegos casero de la historia. Diseñada por el ingeniero de televisión Ralph Baer, la Magnavox Odyssey fue un hito importante en la historia de los videojuegos, ya que estableció las bases de lo que hoy conocemos como una industria multimillonaria.
Antes de la creación de la Magnavox Odyssey, los videojuegos solo se podían jugar en grandes consolas de arcade, que eran costosas y ocupaban mucho espacio. Baer quería crear una experiencia de juego que se pudiera disfrutar desde la comodidad del hogar, y pasó años trabajando en varios prototipos de consolas de videojuegos antes de que la Magnavox Odyssey finalmente llegara al mercado.
La Magnavox Odyssey se comercializó como una “sala de juegos en casa” y tenía varios juegos diferentes que se podían jugar usando diferentes accesorios. Los juegos incluían una versión de tenis, que se jugaba con una raqueta, un juego de tiro, que se jugaba con una pistola de luz, y un juego de mesa, que se jugaba con fichas de colores.
Los accesorios se conectaban a la consola y se usaban para interactuar con la pantalla de televisión. Para jugar al tenis, por ejemplo, los jugadores tenían que pegar unos adhesivos en la pantalla de televisión para que la raqueta pudiera interactuar con la pelota. Aunque esto puede parecer un método de juego un tanto rudimentario hoy en día, en aquel momento era una innovación revolucionaria que permitía a los jugadores interactuar con los juegos de una manera completamente nueva.
La Magnavox Odyssey también incluía varios accesorios de juego adicionales, como un tapete de baile, que permitía a los jugadores jugar a juegos de baile, y un accesorio de pistola de luz, que permitía a los jugadores jugar a juegos de tiro. Estos accesorios adicionales ayudaron a hacer de la Magnavox Odyssey una consola de juegos versátil que podía ofrecer una experiencia de juego única y emocionante.
A pesar de ser el primer dispositivo de juegos casero, la Magnavox Odyssey tuvo un éxito limitado en su lanzamiento. Solo se vendieron alrededor de 100,000 unidades en su primer año, lo que fue una cifra modesta en comparación con las ventas de las consolas modernas. Sin embargo, la Magnavox Odyssey sentó las bases para la industria de los videojuegos y abrió el camino para otras consolas que vendrían después.
Una de las razones por las que la Magnavox Odyssey no fue un gran éxito comercial fue su falta de compatibilidad con los televisores modernos. Los televisores de la época usaban un estándar diferente para la señal de video que la Magnavox Odyssey, por lo que los usuarios tenían que usar un adaptador especial para conectar la consola a su televisor. Además, la Magnavox Odyssey solo tenía la capacidad de mostrar gráficos en blanco y negro.